¿Vais de visita a Berna y no sabéis qué ver de ella? Berna es una pequeña ciudad situada en el centro de Suiza, que, por las razones que os expliqué en mi post anterior Capital de Suiza. La gran desconocida, se convirtió hace poco más de un siglo en la capital del país.
A pesar de su reducido tamaño, Berna es una pequeña joya con muchísimas cosas que ofrecer.
¿Qué ver en Berna, Suiza?
1. Kramgasse
El casco histórico de Berna es algo que debéis ver sí o sí, ya que se trata de uno de los enclaves medievales mejor conservados de Europa, lo que le ha hecho figurar en la lista de Patrimonio de Humanidad por la UNESCO. Data del finales del siglo XII, aunque un gran incendio en el siglo XV obligó a reconstruir gran parte del mismo.
La Kramgasse es la calle principal de este casco antiguo, la cual sirvió durante siglos de mercado principal de la ciudad. Actualmente encontraréis unos 350 metros de arcadas que esconden en su interior tabernas, cafeterías y tiendas de todo tipo para disfrute de los viandantes. También os llamarán la atención sus sótanos subterráneos, muchos de ellos adaptados igualmente a diferentes negocios. Varios de estos comercios conservan a la perfección su arquitectura y decoración originales, una auténtica maravilla.
En Kramgasse encontraréis también tres fuentes-esculturas, símbolo de Berna, que decoran el paseo central. La primera, Kreuzgassbrunnen, data del siglo XVIII y sirvió de modelo de todas las demás fuentes obelisco posteriores de la ciudad. Las dos siguientes, Simsonbrunnen y Zähringerbrunnen se construyeron en el siglo XVI. Ésta última fue la primera erigida en Berna y su escultura reproduce su animal oficial: el oso.
2. Zytgloggeturm
¿Qué significa esto tan raro? Este nombre en alemán suizo tan difícil de pronunciar hace referencia a la Torre del Reloj: Zyt (hora), Glogge (campana), Turm (torre). Lo encontraréis al final de la Kramgasse.
Esta torre se levantó como medida de protección de la ciudad entre los siglos XII y XIII, formando parte de la muralla de Berna. Más tarde sirvió como cárcel de mujeres y, después del gran incendio de 1405, se decidió instalar un reloj central junto con otro astrológico a su izquierda.
El reloj astrológico es un reloj solar que señala también las fases lunares y el símbolo zodiacal que corresponde a cada época del año.
El reloj central es muy curioso, porque no solo da la hora, sino que tres minutos antes de sonar las campanas, comienza un juego de figuras que se ha convertido en el espectáculo más conocido de Berna para los turistas:
Primero, el gallo cacarea como anuncio del paso del tiempo, el fin de otra hora más en nuestras vidas. Acto seguido, toca el bufón la hora con sus pequeñas campanas y comienza la procesión de osos, como símbolo de protección de la ciudad. A continuación, cacarea el gallo por segunda vez y suenan las campanadas grandes, tocadas por Hans von Thann, mientras Chronos (dios del tiempo) gira un reloj de arena y después cuenta, junto con el león de su izquierda, el número de campanadas con movimientos de boca y de cabeza respectivamente. Para finalizar, cacarea el gallo por tercera y última vez y, de esta forma, queda anunciada la nueva hora.
Vaya historia sólo para dar la hora, ¿no? Sea como sea, ¡el espectáculo merece la pena!
3. Catedral de Berna
Este monumento de Berna de encuentra paralelo a Kramgasse y lo veréis desde lo lejos gracias a sus más de 100 metros de campanario, el más alto de toda Suiza. Si os atrevéis a subir los más de 300 peldaños que os llevarán hasta lo más alto de esta torre, no os defraudarán las maravillosas vistas de la ciudad.
Un poco de historia
En este enclave existía una pequeña capilla que fue sustituida por una iglesia algo más grande, la Leutkirche. En 1421 comenzaron los trabajos de construcción de la catedral, que se llevaron a cabo alrededor de esta iglesia en sentido de las agujas del reloj. Lo curioso es que estas obras no fueron financiadas por la Iglesia, como solía ser habitual, sino por el Cantón de Berna. Antiguamente, Iglesia y Estado estaban estrechamente unidos y las iglesias servían, entre otras cosas, de lugar de celebración de asambleas políticas. La conclusión de los trabajos de construcción, debido a dificultades políticas y económicas, llegó más de 400 años después, a las puertas del siglo XX. Increíble, ¿no?
Hoy en día
Lo que encontraréis en este magnífico centro de culto de Berna es arte en su estado más puro. Sus vidrieras meticulosamente combinadas, sus bóvedas finamente decoradas, su famoso pórtico del Juicio Final o sus valiosas campanas (una de ellas, la más grande de Suiza) no os dejarán indiferentes. Como ya sabéis, en el siglo XVI se llevó a cabo en gran parte de Centro Europa la Reforma luterana y Berna no fue una excepción. Es por eso que no veréis imágenes religiosas en su interior y todo os resultará mucho más austero que las típicas iglesias católicas españolas.
En su página web podréis consultar los horarios de visita: https://www.bernermuenster.ch. ¡No os la perdáis!
4. Rathaus
Una visita a una ciudad no podía estar completa sin haber visto su ayuntamiento, ¿no os parece?
En la otra calle paralela a Kramgasse encontraréis el Rathaus o ayuntamiento. Este precioso edificio de principios del siglo XV fue construido para dar imagen de prestigio a una emergente Berna cuya importancia aumentaba año tras año.
El ayuntamiento se utiliza para dar las conferencias de prensa, celebrar asambleas ordinarias y extraordinarias y como lugar de reunión del Parlamento cuatro veces al año. Cuando esto último tiene lugar, ondea la bandera del cantón de Berna en la fachada.
Existen tours guiados para visitar el interior de este magnífico edificio. Aquí os dejo un link con más información: https://www.rathaus.sites.be.ch/
5. Bundeshaus
Si viajáis a Berna, el Palacio Federal de Suiza es uno de los imprescindibles que no os podéis perder. Este impresionante edificio fue construido a raíz del nombramiento de Berna como capital administrativa suiza (para más info, visitad mi post Capital de Suiza. La gran desconocida) y es que la falta de un edificio de dimensiones adecuadas para llevar a cabo el nuevo cometido comenzó a ser urgente. Hoy en día es la sede del Gobierno Suizo, donde se celebran las sesiones ordinarias del Consejo Nacional y de los Estados.
¿Sabéis por qué es tan grande? Porque este Palacio Federal se compone de tres edificios: El Palacio Federal oeste, el Palacio Federal este y, en el medio, el Edificio del Parlamento. Los trabajos de construcción del primer edificio comenzaron en año 1852 (Palacio Federal oeste) y llegaron a su fin en 1902 con la conclusión del Edificio del Parlamento.
Su estética:
Comprobaréis por vosotros mismos que su arquitectura y decoración hacen de él un lugar único. La fachada, como veréis, es entera de un color verdoso. Los tejados en forma de cúpula están construidos en cobre, los cuales, en un principio, fueron del color rojizo característico de este metal. Con el paso del tiempo, sin embargo, ha ido adquiriendo una tonalidad mucho más mimetizada con el resto de la fachada.
En el pórtico principal veréis representada a Helvetia (la personificación femenina de Suiza) sujetando una bandera, acompañada por figuras de los poderes legislativo y ejecutivo.
El interior del edificio es simplemente increíble y debéis visitarlo sí o sí en vuestro paso por Berna. Las enormes recepciones con techos altísimos y escalinatas propias de un gran palacio, la cúpula decorada con las banderas de todos los cantones suizos y la imponente sala del Consejo Nacional bien merecen una parada y varias fotos.
Se ofrecen visitas guiadas en los días en los que no se celebran sesiones gubernamentales. Podéis informaros en esta web: https://www.parlament.ch/
¡No os lo perdáis en vuestro viaje a Berna!
6. Bärenpark
El Parque de los osos es una atracción turística situada en el centro de la ciudad a orillas del río Aar donde, como su nombre indica, habitan varios osos, símbolo del cantón de Berna.
Los documentos más antiguos en los que se cita este sitio datan del siglo XV, donde berneses supervivientes de la batalla de Novara volvieron con un animal capturado vivo a la ciudad. Se construyó entonces la Bärengraben o Fosa de los osos. la cual fue sustituida en 2009 por el parque actual debido a presiones de los movimientos pro animalistas. De esta forma se pudieron llevar a cabo considerables mejoras en los cuidados y el bienestar de los osos.
Sea como sea, este lugar es el símbolo de la ciudad por excelencia y está muy arraigado en la cultura de los berneses.
7. Rosengarten
Cerca del Parque de los osos, en lo alto, nos encontramos con el famoso Jardín de las Rosas. Este sitio es realmente algo mágico. Vayáis en la época que vayáis, os encontraréis con grandes espacios abiertos de césped, un estanque precioso, fuentes de nenúfares, un sinfín de colores gracias a sus cientos de variedades diferentes de rosas y otras flores, sus impresionantes cerezos chinos y, por supuesto, unas vistas verdaderamente increíbles del casco antiguo de Berna con los Alpes al fondo.
Es un lugar típico para aquellos que buscan el enclave perfecto para una cita o para la gente que termina de trabajar por la tarde y queda para tomar algo en su restaurante panorámico.
Aquí os encontraréis también con una biblioteca completamente gratuita en la que no se requiere ningún tipo de acreditación, pensada para que la gente coja un libro y lo lea en el parque, devolviéndolo a su lugar una vez finalizado. Está abierta de abril a octubre, cuando el jardín se encuentra en su mayor esplendor y el tiempo acompaña.
Si viajáis con niños también es un lugar idílico para ellos, ya que hay zonas con columpios y parques de arena.
Como curiosidad, deciros que este jardín no siempre fue un sitio de ocio, sino que en su origen en el siglo XVIII fue construido como cementerio, cometido que cumplió hasta 1913.
8. Einsteinhaus
¿Sabíais que Einstein vivió durante varios años en Suiza y algunos de ellos en Berna? Vamos, que hasta se convirtió en ciudadano suizo en 1901, después de su llegada al país con 16 años en 1896. Allí estudió y consiguió su primer empleo en la Oficina de Patentes. Años más tarde obtuvo la cátedra de Física en la Universidad de Zúrich, convirtiéndose en uno de los físicos más renombrados de la época y de todos los tiempos.
Albert Einstein vivió en la céntrica calle Kramgasse 49, muy cerca del Zytgloggeturm, con su mujer y su hijo entre 1903 y 1905, su año de mayor esplendor productivo. Fue en esta casa donde se formularon algunas de sus grandes teorías, como la de la relatividad.
La casa, hoy en día convertida en museo, os mostrará con asombrosa fidelidad cómo y bajo qué circunstancias vivió el científico, todo muy bien escenificado con muebles y decoración de la época, y encontraréis una documentación muy detallada en la planta superior sobre su vida y su legado.
Más información sobre horarios y precios en su web https://www.einstein-bern.ch
¡No os podéis perder esta interesantísima visita!
9. Piscinas Marzili
¿Alguna vez habéis estado en el paraíso? Pues aquí en Suiza, más concretamente en el centro de Berna, encontraréis uno, situado a los pies del Palacio Federal y a orillas del río Aar.
¿Qué mejor forma de combatir los días de calor veraniego asfixiante (porque sí, en Suiza en verano también hace mucho calor a veces) que bañarse al aire libre en mitad de la ciudad?
Las piscinas Marzili son un lugar de refresco para mayores y pequeños. Dispone de nada más y nada menos que 6 piscinas y un canal con agua del río Aar. Las piscinas son de tamaños diferentes: una normal fluvial, otra de 50 metros con 8 calles, una para saltar con trampolines, una de 25 metros y otra de juegos para los peques de la casa. Vamos, una para cada gusto y necesidad.
Además de todo esto encontraréis cabinas para cambiarse y taquillas para dejar las cosas, praderas verdes de césped para tomar el sol, mesas de ping pong e incluso ¡zonas para jugar al vóley playa! Y por si eso no os parece suficiente, hay hasta una zona nudista (¡sólo para mujeres!).
Lo más divertido de este sitio es que está conectado con el río Aar, donde podréis descender al mismo, dejaros llevar por la corriente y volver a subir a las piscinas unos metros más abajo. ¡Es súper divertido!
¿Y sabéis lo mejor de todo? Os vais a quedar de piedra: La entrada a estas piscinas es gratuita. Sí, como lo oís, en Berna, Suiza. ¡Es casi obligatorio darse un chapuzón!
10. Kunstmuseum Bern
Y para los amantes del arte no podía faltar en esta lista un museo, el Museo de Arte de Berna, Suiza. Se trata de uno de los museos más importantes del país y el más antiguo con una colección permanente. En este precioso edificio histórico del siglo XIX encontraréis unas 50.000 obras de arte con ocho siglos de historia, desde el Trecento Italiano hasta el expresionismo o cubismo, con obras exclusivas de Klee, Monet, Picasso, Dalí, Kandinsky o van Gogh que no os dejarán indiferentes.
Toda la información sobre el museo la encontraréis en su página web: https://www.kunstmuseumbern.ch
Hemos llegado al fin de este post. Espero que os haya gustado y que os paséis por alguno de mis otros artículos para poder completar vuestra visita por Suiza:
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