Escapada por Viana do Castelo y el Miño – En 2 días (Parte I)

Cuando estamos saturados por el trabajo, los estudios y la rutina, lo mejor es hacer una pequeña escapada para evadirnos de todo, por eso queremos compartir con vosotros esta pequeña propuesta para una Escapada por Viana do Castelo y el Miño en 2 días.

Viajar no es solo visitar grandes ciudades o sitios de gran interés turístico, es también visitar las pequeñas villas y los pequeños pueblos, disfrutando de toda su esencia. Por eso hoy nos vamos a adentrar en un viaje único y para ello, aunque no es imprescindible, recomendamos encarecidamente el uso del coche. Ya veréis el buen uso que le dais.

¡Comenzamos!

Justo en la frontera norte con España, delimitando con el río que le da nombre, nos encontramos con la provincia de Minho, compuesta por dos distritos: El de Braga y el de Viana do Castelo.

Es de este último del que vamos a hablar hoy. A través de esta ruta recorreremos durante dos días todos los pueblos, villas y ciudades que conforman esta olvidada área del norte de Portugal. Extensas zonas verdes, paseos en bici, naturaleza, arquitectura, arte, gastronomía… son algunas de las cosas que iremos descubriendo a lo largo del artículo. Por eso, sin más preámbulos, comencemos con nuestra Escapada por Viana do Castelo y el Minho en 2 días.

Día 1

VALENÇA DO MINHO

Nuestro viaje comienza en Valença, cruzando el puente que separa España de Portugal, pasaremos por encima del Miño y daremos nuestros primeros pasos por el país lusitano.

A primera hora de la mañana Valença nos ofrece sus mejores galas. Con el sol todavía ascendiendo podremos comenzar a recorrer esta pequeña villa que vive por y para el comercio. Claro indicativo de esto son sus habituales y bulliciosas ferias y sus múltiples pequeños comercios ubicados dentro de la fortaleza. Es ahí a donde dirigiremos nuestros pasos, pisando con cuidado en el irregular suelo y admirando con tranquilidad su arquitectura.

En ese momento nos acercaremos hasta la Iglesia de Santa María de los Ángeles, una joya del románico portugués. Construida a lo largo de la segunda mitad del siglo XIII, destaca por su nave única encabezada por un ábside rectangular y por los arcos de medio punto con tres arquivoltas que podemos ver en su fachada principal.

Tras esto saldremos del casco urbano y caminaremos por las murallas de la fortaleza, desde donde podremos disfrutar de unas inigualables vistas del río Miño y de la orilla española.

La fortaleza de Valença se remonta al siglo XII y estaba destinada a la defensa de la población como frontera limítrofe con Galicia. Sin embargo, será en el siglo XVII, durante la Guerra de Independencia de Portugal frente a la monarquía Hispánica, cuando la fortificación sea completamente reformada. La finalidad no era otra que la modernización de la estructura y la necesidad de convertirla en un enclave destacado. Pero no es la única, pues toda una serie de fortalezas semejantes las podemos encontrar a lo largo de toda la frontera entre España y Portugal, como veremos muy pronto.

MONÇAO

Nuestra siguiente parada se encuentra río arriba, justo enfrente de Salvaterra do Miño y se trata de nada más y nada menos que de Monçao.

Aquí podremos caminar por sus calles y disfrutar de una serie de elementos que la hacen una ciudad imprescindible en nuestra ruta por el Miño. Eso sí, para visitar esta ciudad se hace imprescindible el coche, pues muchas de sus visitas se encuentran fuera del núcleo urbano.

Nuestra primera parada es, como todas las ciudades importantes situadas a orillas del Miño, la fortaleza de Monçao. Originalmente castillo defensivo construido por el rey portugués Don Dinís en el año 1306, fue restaurado en el siglo XVII con el objetivo de convertirlo en baluarte defensivo moderno. Su finalidad no era otra que la misma de Valença, ser un punto clave en la defensa del territorio portugués durante la Guerra de Independencia.

Ahora, para descansar un rato, y hacer las delicias de los más pequeños, es el turno de acercarse hasta el Parque das Caldas. Un pequeño rincón verde de la ciudad con un paseo de pasarelas de madera paralelo al río, un parque infantil y un gran espacio del que disfrutar de la naturaleza. Permaneced allí un rato descansando, porque para nuestra próxima parada habrá que coger el coche.

A unos escasos 10 minutos en coche de Monçao, y perteneciente todavía a este municipio, nos encontramos con el Palacio de Brejoeira. Este palacio neoclásico del siglo XIX fue construido por orden de Luis Pereira Velho de Moscoso a imitación del Palacio Nacional da Ajuda de Lisboa como lugar de retiro. La visita cuesta 7,50 y gracias a ella disfrutaremos de una visita inmejorable de las estancias interiores, al tiempo que podremos admirar su finca: La Quinta da Brejoeira, compuesta por más de 30 hectáreas dedicadas al vino, al bosque y a magníficos jardines.

Un dato curioso de este lugar, según nos ha revelado la guía, es que en el año 1950 tuvo lugar la ratificación de un pacto de no agresión entre António Salazar y Francisco Franco.

Por último, y antes de irnos definitivamente de Monçao, debemos coger el coche de nuevo y acercarnos esta vez hasta la Torre de Lapela.

La Torre de Lapela se trata de una visita muy rápida, pero que vale la pena no perderse.

Esta torre fortificada situada a orillas del Miño alcanza una altura de casi 35 metros y 10 metros de largo sus paredes. Su construcción del siglo XIV se ha mantenido a lo largo del tiempo y esto es a raíz de sus fuertes muros que alcanzan en su base un espesor de hasta 3 metros. Se trata, igual que en caso del Palacio de Brejoeira, de un Monumento Nacional de Portugal.

VILANOVA DE CERVEIRA

Se acerca la hora de comer y va siendo hora de hacer un alto en el camino.

En Vilanova encontraréis una amplia oferta gastronómica, pero si queréis mi consejo debéis acercaros hasta la confitería Vila d´Artes, donde podréis disfrutar de la gastronomía del lugar a precio asequible. Mi recomendación es el bitoque, plato alentejano por excelencia. En cambio, si preferís disfrutar del plato típico de la zona, la lamprea, no dudéis en acercaros hasta Casa do Lau, donde degustareis este plato con un trato inmejorable y en un ambiente tranquilo y relajado.

¡Ya os dije que en esta ruta disfrutaríamos de la gastronomía!

Una vez hemos terminado de comer podemos acercarnos al Aquamuseo do Rio Miño, un pequeño museo cuya temática es, como dice el nombre, el Río Miño. A lo largo de la pequeña visita podremos disfrutar de toda su fauna a lo largo de los diferentes tramos desde su nacimiento en Lugo hasta su desembocadura. Entre algunas de las especies que podremos ver se encuentran la trucha, el salmonete, la lamprea… o la mayor sorpresa para niños y mayores: las nutrias.

También en Cerveira podremos realizar una de las actividades imprescindibles de esta ruta de pequeños pueblos a lo largo del Miño: la ecopista do Minho. Esta senda verde de 40 quilómetros comienza en Monçao y llega hasta Caminha, siendo perfecta para hacer tanto caminando como en bici. Mi tramo favorito es el que parte de Vilanova de Cerveira por ser uno de los más tranquilos y con mejores vistas, tanto si elegís hacerlo río arriba como río abajo, el disfrute está garantizado.

CAMINHA

Nuestra última visita de hoy es el pueblo de Caminha, situado justo enfrente de A Guarda y último pueblo portugués en el curso del Miño.

Se trata de la parada donde haremos noche en nuestra pequeña escapada de fin de semana, por lo que se hace necesario buscar alojamiento. La oferta es variada y podremos escoger diferentes sitios de acuerdo a nuestros intereses, tanto hostales como apartamentos u hoteles de mayor nivel. Si queréis echar un vistazo podéis entrar directamente en booking y buscar en base a vuestros gustos.

Pero no todo va a ser buscar alojamiento, porque nuestra visita sigue.

Lo primero que debemos hacer en este pequeño pueblo es pasear por su paseo junto al río. Ahí podremos disfrutar de la tranquilidad del estuario con las barcas meciéndose al vaivén de la marea y el sol emitiendo destellos sobre las brillantes aguas. Nos adentraremos entonces al interior de la ciudad donde nos internaremos cruzando el arco de la Torre del Reloj, también conocida antiguamente como Porta de Viana, que es, sin duda, la forma idónea de entrar en el casco antiguo.

Dicha Torre del Reloj era una de las tres torres que formaban el Castillo de Viana, de las cuales solo ha sobrevivido esta al paso del tiempo. En realidad no fue hasta el siglo XVII cuando se colocó el reloj en lo alto de la torre, convirtiéndose en un elemento característico de la ciudad a partir de ese momento.

Pero la Torre del Reloj no es lo único llamativo de esta plaza, pues aquí podemos disfrutar del Ayuntamiento y de la Praça Municipal, en cuyo centro destaca la Fuente del Chafariz. Esta fuente del siglo XVI es una pequeña joya renacentista con forma de balaustrada rematada por diversos pináculos, y en la que destacan diferentes cuerpos de piedra por los que fluye y brota el agua.

Por último, también en esta Praça Municipal podemos encontrar una de las principales iglesias de la localidad: La Iglesia de la Misericórdia. Esta iglesia renacentista consta de una sola nave y fue remodelada en el siglo XVIII. Destaca su altar a Santa Rita Casia, patrona de la ciudad.

Si pensáis que es ya hora de retirarse al hotel, estáis muy equivocados. Caminha tiene mucho por visitar, así que todavía no es la hora de ir a dormir.

Si seguimos recorriendo sus calles podremos disfrutar del pequeño paseo que discurre paralelo al río Coura, pequeño afluente del Miño. Allí, se extiende una ancha acera dotada de abundantes bancos y sombra, lugar idóneo para una de las actividades preferidas de los portugueses: los rastros.

A lo largo de nuestros artículos iremos hablando de los diferentes rastros que inundan el país lusitano, pero baste nuestro primer contacto para hacer una breve introducción a esta actividad que no tiene su correspondencia en España. Pues si nosotros tenemos ciertos rastros en grandes ciudades, Portugal disfruta de pequeños rastros en todas y cada una de las villas, pueblos y ciudades del país. Allí, podremos encontrar de todo, desde ropa a quincalla, desde juguetes a cámaras de fotos antiguas, utensilios del campo y de la pesca, herramientas para casa y decoraciones de jardín, monedas antiguas y postales todavía más antiguas… Todo lo que puedas imaginar, probablemente podrás encontrarlo en alguno de estos rastros. Vale la pena acercaros siempre que os topéis con uno, porque nunca se sabe lo que podréis encontrar.

Los rastros en Portugal son una actividad más de los portugueses, lugares de reunión incluso. En ellos la gente vende todo lo viejo que encuentra, hasta límites insospechados. Curiosamente, siempre habrá alguien que quiera adquirir algún producto que esté en venta. Es un auténtico fenómeno sociológico y con un gran arraigo popular. Sin duda una de las cosas que resultan imprescindibles conocer de primera mano si quieres realmente descubrir a nuestro país vecino.

Después de disfrutar del pequeño rastro nos acercaremos hasta la Iglesia Matriz de Caminha o Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. La indiscutible y más destacada iglesia de la ciudad, que es a su vez uno de los edificios religiosos más importantes del país.

Su origen se remonta a una antigua capilla románica de la que solo ha sobrevivido un pórtico. Será en el siglo XV cuando comienzan los trabajos de construcción de la iglesia actual. En ella participaron tanto arquitectos vizcaínos como gallegos. Causa que le dota de una compleja combinación de estilos e influencias. Pues consta de elementos tanto góticos, como góticos tardío (estilo manuelino). A la vez que comienza a tener también características renacentistas. Pero si esta combinación no os parece suficiente, os contaré un pequeño secreto: su decoración interior disfruta de una cargada influencia mudéjar, al tiempo que incorpora elementos tan distantes como el arte magrebí o el arte hindú.

Su interior se caracteriza por una nave es de tres plantas que permiten crear un gran conjunto arquitectónico. Podemos trabajar con la luz del rosetón y en cuya nave central luce un llamativo y valioso friso de azulejos policromados.

Como veis esta iglesia es una auténtica joya de la arquitectura religiosa. Sería realmente una lástima desaprovechar la oportunidad de visitarla cuando os acerquéis a Caminha.

Nuestra última parada es en lo alto de la muralla, no es necesario coche. Tampoco os vendrá mal si queréis ahorraros una buena cuesta de estas que quitan la respiración de tan solo mirarla. Será allí arriba, en lo alto del fuerte, donde podremos disfrutar de unas vistas impresionantes de la desembocadura del Miño.

¿Pero a estas alturas necesitáis todavía explicación de las murallas? ¿Seguro?

Como habéis podido intuir estas murallas tienen una explicación. Se trata nuevamente, igual que en el resto de pueblos y ciudades construidas a orillas de la frontera con España. De una fortaleza reformada y modificada a lo largo del siglo XVII. Su origen tiene lugar durante la Guerra de Independencia para defender el país de la monarquía hispánica, su base, por supuesto, vuelve a ser la estructura del antiguo castillo medieval de la localidad.

Pero no es el momento de clases de historia, sino que es la oportunidad perfecta para maravillaros con el paisaje:

Ante nosotros se abre todo el estuario del Miño, con la ciudad a nuestros pies y A Guarda, justo al otro lado del río. En plena desembocadura podemos apreciar el Fuerte de la Ínsua, situado a 200 metros de la costa. Construido en el siglo XIV y remodelado en el XV. Su última reforma data del siglo XVII y por desgracia actualmente está abandonado, por lo que resultará imposible su visita.

Pero no es momento de entristecerse, porque si habéis escogido la hora del atardecer, podréis disfrutar de una puesta de sol inigualable viendo al gran astro desaparecer en la lejanía del Atlántico. Y es que Portugal es arte, cultura, gastronomía e historia. Pero sin duda, es Atlántico, pues toda su historia discurre paralela a este mar inabarcable.

CONCLUSIÓN

Esto se acaba, igual que nuestro primer día de escapada por el distrito de Viana do Castelo. Pero permaneced tranquilos y atentos, porque todavía nos queda el segundo día del viaje y conoceremos nuevos rincones únicos de Portugal.

Espero que lo hayáis disfrutado.

Nos leemos en la web.

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