Imagina que has leído mi anterior artículo de introducción a la ciudad de Shanghai. Has visto las impresionantes vistas que ofrece, su extraordinaria historia, su deliciosa cocina. No te has podido resistir (comprensible) y has comprado billetes para el primer vuelo a la ciudad que has encontrado. Ahora estás en un avión, y tras probablemente bastantes horas de vuelo, te despiertas con un aviso que te dice que en veinte minutos aterrizarás en Shanghai.
Una azafata te invita amablemente a que abras tu ventanilla. Con los ojos aún entrecerrados, y quizás con bastante confusión acerca de la hora que es, sigues las órdenes de la azafata y echas un vistazo a lo que hay fuera. Probablemente, si miras en el momento apropiado, lo que veas sea algo así:
Este es el río Huangpu, del que ya hablamos un poco en el anterior artículo. Su serpenteante recorrido te puede hacer pensar que es natural, pero poca gente sabe que en realidad fue una obra de ingeniería del Señor de Chunshen, allá por el año 250 a.C. Como también te conté anteriormente, el Huangpu te va a hacer la primera y quizás la más importante de las divisiones de Shanghai. La división entre Pudong y Puxi. Pudong, al este del Huangpu. Puxi, al oeste.
Llegados a este punto, vamos a hacer un experimento: Vamos a buscar en Google imágenes de Shanghai, y te voy a decir a qué lado de la ciudad pertenecen:
¡Incluso el aeropuerto en el que vas a aterrizar se llama Aeropuerto Internacional de Shanghai Pudong! Visto esto, seguro que lo tienes clarísimo. El primer sitio al que vas a ir, donde vas a coger tu hotel, donde vas a salir por las noches, donde vas a comer platos típicos, donde vas a hacer todas tus fotos, es en Pudong. ¿Verdad?
PUDONG
Pudong es una ciudad dormitorio. De hecho, antes de los años 90 era literalmente campo abierto, y ni siquiera era considerada parte de la ciudad de Shanghai. Sin embargo, en el año 93, el Gobierno de China designó el área como Zona Económica Especial (Una zona donde las leyes económicas de China no se aplican o se aplican de manera diferente). A partir de este momento, Pudong creció a un ritmo de vértigo.
Principalmente en Lujiazui, un meandro cercano al centro (centro real) de la ciudad, empezaron a aparecer rascacielos y centros financieros como setas. El primero fue la Torre de la Perla Oriental, quizás el más reconocible de todos por su forma tan peculiar y sus cristales de color fucsia. Después la torre Jingmao, pasando por el World Financial Center (el abrebotellas, para los amigos), hasta llegar a la Shanghai Tower, que con sus 632 metros de altura es a día de hoy (2019) el segundo edificio más alto del mundo, sólo superado por el Burj Khalifa de Dubai.
Pero no te dejes engañar por las apariencias. Quizás si has estado en otras ciudades de este tipo ya lo habrás intuido. Estos altos y bonitos edificios están repletos, mayoritariamente, de consultorías, bufetes y demás sitios de cubículos y ordenadores cuyo personal se moverá diligentemente cada día a las 9 hacia Lujiazui, se sentará en su silla hasta las 6, pedirá que le traigan la comida a la oficina, y acabada la jornada se volverá para su casa.
¿En qué resulta esto? En una ciudad financiera que poca atracción tiene que ofrecer. Valga como prueba este meme:
¿ENTONCES… NO VISITO PUDONG?
No nos pongamos dramáticos, aún así. Si bien es cierto que, si vas buscando el auténtico Shanghai, Pudong no es donde debes ir de buenas a primeras, esta zona de la ciudad tiene cosas a ver que te pueden interesar. Al fin y al cabo, los rascacielos más famosos de Shanghai están aquí, y caminar entre ellos con el cuello 90 grados hacia arriba es sin duda una experiencia. La zona también cuenta con museos, bibliotecas, muchísimos centros comerciales, y el Century Park, uno de los parques más grandes de Shanghai, que sin duda alguna merece la pena visitar si se tiene tiempo para ello. Eso si, una vez se pone el sol, la vida que los turistas (principalmente) dan a Pudong desparece, y se convierte en un desierto de calles anchas y altos edificios donde a duras penas vas a encontrar nada para hacer.
¿Lo mejor que puedes hacer? Seguir a las hordas de trabajadores que salen de las oficinas (quizás no exactamente a la misma hora que lo hacen si no quieres sentirte como una sardina en lata), coger el metro o el ferry, y seguir a la masa que vuelve a casa o al “afterwork”. Cruzar el Huangpu, y adentrarte en Puxi.
PUXI
Puxi es donde pasan las cosas en Shanghai. Es la verdadera ciudad, donde se encuentra la historia, la vida diurna y nocturna, la comida auténtica, los eventos, y donde vivimos la grandísima mayoría de los expatriados. De hecho, si vuelves a mi anterior búsqueda de Google Imágenes, he de confesarte que tiene cierta trampa. Casi todas las imágenes son de Pudong, sí, pero la gran mayoría están tomadas desde Puxi. Pudong y Lujiazui, en cierta manera, son el “fondo” de la foto de Shanghai.
THE BUND
Probablemente el primer sitio para visitar en Puxi, y la atracción turística por excelencia de la ciudad de Shanghai, es el Bund. Es, de hecho, desde donde vas a sacar la foto típica del skyline de rascacielos. Sin embargo, lo que te va a quedar a las espaldas en la foto es igual o más interesante.
El Bund es la fachada fluvial del Shanghai colonial, donde los imperios de los que te hablé en el artículo anterior establecieron sus aduanas, bancos, y clubs sociales. Es difícil capturar con una foto lo verdaderamente impactante del Bund. Para mí, su magia reside en el contraste extremo entre un lado y el otro, especialmente de noche. A un lado, los edificios de principios del siglo XX iluminados en un color cálido que los hace parecer de oro. Al otro lado del río, las colosales torres iluminadas y cubiertas como de pequeñas estrellas. Eso sí, no vas a ser la única persona allí. Y cuidado con las amables personas que se te acercarán preguntando si hablas inglés o algo por el estilo. Si no las ignoras y les sigues el rollo, acabarás pagándoles un té por cifras que tengo la suerte de desconocer.
NANJING ROAD
Puxi no acaba en el Bund, aún así. Si seguimos hacia el oeste, la más famosa calle que arranca desde el Bund hacia el interior de la ciudad es Nanjing Road, la arteria principal del sector inglés del Shanghai colonial. Abarrotada de comercios a lado y lado, y abarrotada también de gente que va y viene del Bund al metro, una de las imágenes más bonitas es también de noche, cuando se encienden los gigantescos letreros multicolores en las fachadas de sus edificios.
PEOPLE’S SQUARE
Al final de este primer tramo de Nanjing Road encontraremos el que es considerado el parque central de Shanghai. People’s Square (la Plaza del Pueblo). Aquí se encuentran el gobierno de la ciudad, el teatro principal, el Museo de Shanghai, y otros edificios culturales interesantes de ver. En el parque en sí, además, podrás ver una de las cosas más sorprendentes de Shanghai para el recién llegado: El Mercado de Matrimonios. Si bien no es lo más normal del mundo para los occidentales, no te asustes con el nombre. No se venden ni compran personas. Simplemente, los padres de alguien que no ha tenido mucha suerte en su vida amorosa van allá a publicitarle y encontrarle una potencial pareja. Un “Tinder” a la antigua, en público, y controlado por tus padres. Fantástico, ¿verdad?
Siguiendo al oeste por Nanjing Road, encontrarás una bulliciosa calle comercial. Vas a encontrarte con nombres como Gucci, Versace, Louis Vuitton, Chanel… Y cuando creas que ya los has visto todos, ¡No te preocupes! Volverá a empezar la secuencia otra vez. Por si te olvidaste de comprar algo.
JING´AN
Toda esta secuencia de nombres caros seguirá hasta que llegues al Templo de Jing’an. Este es un Templo Budista que es también uno de los edificios más famosos de la ciudad. Durante la Revolución Cultural, además, fue reconvertido en algo tan banal como una fábrica de plástico, pero hoy vuelve a todo su esplendor y aparece como una flor dorada en medio del bullicio de Shanghai.
Jing’an significa “Paz y tranquilidad”, pero, de hecho, si lo que quieres es un poco menos de esas cosas y algo más de fiesta, es a Jing’an donde tienes que ir. El distrito alrededor del templo se ha convertido en una de las áreas más populares para salir de copas o de fiesta, con una multitud de extranjeros viviendo en los alrededores del templo, y muy buenos restaurantes internacionales de todo tipo para esos momentos en los que necesites escapar del arroz y los fideos y abrazar de nuevo la pizza o incluso las patatas bravas (sagradas para mí).
ESTO NO ES TODO SOBRE SHANGHAI
Todo esto es lo que estás a punto de descubrir una vez tu avión toque tierra en Shanghai. Esta ha sido tan sólo una pequeña ruta de este a oeste, a través de las dos partes principales de la ciudad que ahora aún tienes a tus pies. Shanghai, sin embargo, tiene muchísimo más que ofrecer, y muchas más sorpresas y rincones que incluso yo desconozco, y que iré compartiendo con vosotros en los siguientes posts. En el siguiente artículo, por ejemplo, aterrizarás ya en Shanghai y empezaremos a resolver dudas y dar consejos desde el principio de todo: El mismísimo aeropuerto.
¡Nos vemos pronto, y acuérdate de abrocharte el cinturón de seguridad y poner el móvil en modo avión!
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3 comments
[…] el siguiente artículo de la guía de Shanghai, empezaremos a sobrevolar la ciudad, y a descubrir las múltiples ciudades […]
[…] en el aeropuerto de Shanghai. ¡Qué emoción! Toda una ciudad nueva para descubrir, y seguro que mis artículos anteriores ya te han abierto el apetito explorador. Las ruedas del avión acaban de tocar la pista de […]
[…] eso, ¿verdad?). Ahora, a no ser que tu hotel esté cerca del aeropuerto de Pudong (y, créeme, NO quieres eso), tu siguiente paso va a ser desplazarte hasta la ciudad. ¿Qué medios de transporte hay para […]