A nadie se le escapa que la realidad china es muy diferente de la realidad occidental en muchos aspectos. Sin embargo, esta distancia a veces se distorsiona aún más porque depende de lo que hemos escuchado y no de lo que hemos vivido, de lo que nos contó el amigo de la sobrina del primo de alguien que leyó algo sobre alguien que una vez fue a China. Esto da lugar a mitos o medias verdades sobre China que acaban estando muy arraigados en occidente.
A esto ayuda que el interés general por unos países tan distantes como los asiáticos es el normal para una realidad que mucha gente no tiene previsto experimentar. De ahí que lleguemos al punto de, por ejemplo, meter en un mismo saco a japoneses, coreanos, chinos, vietnamitas, filipinos e indonesios, que sería como decir que los italianos son como los finlandeses.
Toda la transfiguración de estas historias que tienen que hacer toda una ruta de la seda desde china hasta nuestros oídos hace que nos formemos ideas sobre China que obviamente, en algún momento tendrán parte de fundamento, pero en muchos otros estarán exageradas o modificadas. En este artículo, os explicaré algunos de los aspectos en los que, a lo largo del tiempo en el que me he interesado por China, he visto que algunas de mis concepciones anteriores se rompían en pedazos como un jarrón de porcelana de la dinastía Ming. ¡Vamos allá!
¡LOS CHINOS COMEN PERRO!
Empezamos bien, con un clásico. Sí, en China se consume carne de perro, China es el país que más carne de perro consume del mundo. Pero es que China también es el país más poblado del mundo, así que fácilmente también podría consumir más champán que Francia si miramos el consumo neto, sin que eso signifique que sea más popular el champán aquí.
Nuestro amigo en este caso es el consumo per cápita. Y si vamos con datos y calculadora en mano, veremos que en China se sacrifica para consumo un perro al año por cada cien habitantes. Pero en la vecina Corea del Sur es uno por cada cincuenta habitantes (es decir, la carne de perro es el doble de popular en Corea que en China); y en Vietnam, uno cada veinte habitantes (quintuplicando el consumo por habitante de China).
No es común ver sitios donde se sirva carne de perro en China, y menos en ciudades como Shanghai. Mi único encuentro con ella fue mediante un cartel cuando vivía en Harbin, una ciudad mediana al norte de China, en 2015.
YA, YA, PERO SEGURO QUE ALGUNA VEZ TE HAN SERVIDO PERRO DICIÉNDOTE QUE ERA CERDO…
Eso no pasa, por la sencilla razón que la carne de perro en China es más cara que la de ternera, cerdo o cordero. Podéis venir y comer con tranquilidad. Si venís y coméis en el sitio más oscuro, lumpen y sucio que encontréis en China, podréis comeros una buena intoxicación alimentaria quizás, pero no comeréis carne de perro. He intentado buscar en Waimai algo con carne de perro para demostrároslo con una imagen. Pero en todo Shanghai (25.000.000 habitantes) no hay un solo restaurante que sirva carne de perro a través de la aplicación. Mito desenmascarado.
¡LOS CHINOS COMEN BICHOS!
Otro clásico. Si bien este es un poco más cierto, tampoco es del todo verdad. Los insectos no son una parte esencial de la comida china, aunque sí que se comen en algunas partes del sur. Además, hay uno que si que es bastante popular y se puede ver en casi todos los mercados: La pupa del gusano de seda. ¡Pero hay truco! Se come el contenido de la pupa (el alimento que tiene el gusano mientras vive en ella), no el gusano en sí. Sí, las he probado. Sí, están buenas.
PERO HAY UN MERCADO CALLEJERO EN PEKÍN QUE…
Sí, sí. Escorpiones, cucarachas, piruletas de escarabajo. ¿Y quién va? Turistas. Esto es curioso: en cierta manera, algunas veces China provee al turista con lo que el turista quiere encontrar, aunque sea falso o exagerado (lo hacemos todos, en Barcelona vendemos figuritas de sevillanas). Nunca vas a ver a la señora Wang yendo a comprar escorpiones al mercado para la cena.
¡LOS CHINOS SON MUY TRABAJADORES!
Como es lógico, hay de todo. Pero por mi experiencia aquí, yo no afirmaría que los chinos destaquen por su afinidad al trabajo. Conste que no quiero decir que no sean trabajadores, ni mucho menos, sino que la imagen general no corresponde con esa visión que tenemos en occidente de la persona singularmente aplicada, perfeccionista y completamente dedicada a su trabajo, sin importar las horas. Quizás esta visión se debe a que nos basamos en los emigrantes chinos que llegan a occidente, que obviamente van con la intención de trabajar al máximo posible. Quizás también sea por confusión con los japoneses, que si responderían quizás más a ese patrón.
En mi estudio, un estudio de arquitectura, todos mis compañeros son chinos. Se nota, eso sí, el gran respeto a la cadena de mando que tienen: el jefe es incuestionable, y seguirán lo que diga al dedillo, cueste lo que cueste. Sin embargo, el ambiente de trabajo es muy reposado, quizás más que en Europa incluso. Nadie se va a saltar la hora de la siesta (excepto, curiosamente, yo). Las idas y venidas para comprar algo son constantes. El tiempo rara vez es ajustado. Todo es mucho más laxo que como me lo imaginaba antes de venir.
¡LA CONTAMINACIÓN!
Bueno, no vamos a engañar a nadie, el aire de Shanghai y de la mayoría de ciudades chinas no es el de los Alpes suizos. Aún así, como ya os conté algunos artículos atrás, al llegar a China vine con la idea de que iba a caer enfermo a los cinco minutos de respirar el aire, y que me iba a comprar una de esas famosas mascarillas nada más pusiera un pie en China (y que aún no la tengo).
Vamos a ponerle números a esto:
En Shanghai, la media del índice AQI (contaminación aérea) podría ser de 100, más o menos. En Barcelona sería de 50. Estos números, si no estamos familiarizados con ellos, no nos dicen nada. Para entendernos, 50 es un día de aire limpio en una ciudad. 100 es cuando empezamos a ver esa neblina que cubre edificios lejanos. Esta es la situación habitual aquí en Shanghai.
Sin embargo, la imagen que se suele dar de China en occidente es la de un sitio super-contaminado. Edificios altos. Un atasco. Un día gris con neblina química, y el sol medio escondido detrás de ella. Gente con mascarillas. Os resultará familiar, son las típicas imágenes de stock que aparecerán en las noticias cuando hablen de China.
Siempre me ha parecido que hay una cierta intención detrás de esta caracterización de China y otros lugares como un infierno contaminado distópico. Una intención de bajar el interés por estas partes del mundo, de quitar las ganas de visitarlo, de incentivar el verlo como “peor”, como un sitio gris, insufrible y horroroso. Quizás incluso de intentar avivar un (falso) orgullo de vivir en un sitio “mejor”.
La realidad es que esas imágenes corresponden a un AQI nivel 300 o 400. Algo que en Harbin (una ciudad muy industrial y dependiente del carbón) vi una media de dos o tres días al año, y que aquí en Shanghai no he visto aún.
¿Y qué es un día de AQI nivel 300 o 400? ¿Qué supone para mí?
Sin duda, no es el mejor ambiente para salir a correr a la calle. ¿Pero está justificado el miedo? Indudablemente, el hecho de ver la ciudad inundada de humo es impactante. Pero imaginemos que vamos a un restaurante mediano y hay 5 personas fumando dentro. Según datos de la OMS, ¿Sabéis cuál es el índice AQI de ese aire?
1200.
Esto no quiere decir que la situación no sea grave, pero sí que quizás nuestra visión está un poco sensacionalizada. Desde las autoridades se supone que se están empezando a tomar en serio el problema (al fin y al cabo, respiran el mismo aire que nosotros), y la situación del aire, al menos en Shanghai o Pekín, mejora gradualmente.
PERO LAS MASCARILLAS…
Las deberíamos exportar a occidente. ¿Por qué, en el metro o en la calle, y en un día sin un nivel demasiado alto de contaminación, hay gente con mascarilla? En muchos casos, porque están resfriados, y no quieren ir esparciéndolo al resto de gente. Buenas costumbres.
¡UN CARÁCTER PARA CADA PALABRA! ¡EL CHINO ES MUY DIFÍCIL!
No, el chino es diferente. La dificultad que gana al ser escrito con caracteres, la pierde con lo fácil e intuitivo que es gramaticalmente. Quizás más adelante dedique un artículo más extenso a la lengua, pero aquí os dejo un aperitivo.
Los caracteres del chino corresponden a 415 sílabas, que parecen muchas, pero son muy pocas comparadas con la gran variedad de sílabas que podemos formar en castellano. Estas sílabas pueden pronunciarse en cuatro tonos, algo parecido a la entonación que damos a nuestras frases (como por ejemplo a una pregunta), pero que en chino hacen variar el significado. Sin embargo, yo por ejemplo no domino aún muy bien los tonos, pero por contexto normalmente todo el mundo puede entender lo que estoy diciendo. Iguel que sa yo cambio ledras en esta fraze la podeis llegor a entendir.
Una sílaba puede escribirse con distintos caracteres, y hay muchísimos de ellos. El principal diccionario chino incluye 49.905. Pero obviamente, no todos son útiles. Mi nivel examinado de chino incluye unos 500 caracteres, y con ellos ya puedo hacer vida medianamente normal aquí. El último nivel examinable de los exámenes HSK incluye “sólo” 2.663 caracteres.
La formación de palabras es muy básica, muchas veces similar a las palabras compuestas en castellano. Con dos conceptos básicos se pueden generar muchas palabras. Así, 火, huo, “fuego” + 车, che, “vehículo” = 火车, huoche, “tren”, o 面, mian, “harina” + 条, tiao, “tira” = 面条, miantiao, “fideos”.
Y luego, lo que os decía. La gramática. En castellano, yo como fideos, tu comes fideos, ella come fideos, nosotros comemos fideos… (¡qué hartón de fideos!). Pero en chino yo 吃面条, tu 吃面条, ella 吃面条, y nosotros 吃面条. Hablar en chino es un poco hablar, mal dicho pero para entendernos, “como los indios”. Incluso para hacer tiempos verbales como el pasado o el futuro, lo único que hay que hacer es añadir un carácter de más. Todo el rato. Y olvidaros de terceras personas del pretérito pluscuamperfecto del subjuntivo.
VALE, ¿QUÉ ES LO SIGUIENTE? ¿QUE EL GATO ESE QUE HACE ASÍ CON LA PATA NO ES CHINO?
Efectivamente, no tiene nada que ver con China. Se llama Maneki-neko, es japonés, y ya si os fijáis, ni el nombre se puede escribir con sílabas chinas. El nombre en chino es “zhao cai mao”.
Con este simpático gato, y espero que con algunos estereotipos sobre China desvanecidos, os dejo hasta el siguiente artículo. Id siguiendo el hilo para más curiosidades, recomendaciones y anécdotas sobre China. ¡Nos vemos pronto!
在, zai, “otra vez” + 见, jian, “ver” = 再见, zaijian, “adiós”.
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