¡Hola! Soy Isabel, pero puedes llamarme Isa que es más corto y me da confianza, y hoy seré tu guía por Palma de Mallorca, la vía de entrada a las Islas Baleares por excelencia. Y, como toda capital, tiene una serie de lugares imprescindibles que debes conocer. Te enseñaré qué ver en una buena ruta. Coge el mapa, cuélgate la cámara de fotos, usa calzado cómodo y échate protector solar porque esto es una isla y el sol no tiene piedad, ataca por los cuatro costados. ¡Empezamos con nuestra ruta sobre qué ver en Palma de Mallorca!
1. Plaza de España
Tomamos como punto de salida plaza de España, pues conecta con el aeropuerto (a través de Aerotib) y es aquí donde se ubica la estación Intermodal con acceso a los autobuses regional y urbano, al tren y al metro. También es el lugar donde puedes alquilar bicicletas públicas (servicio conocido como Mou-te Bé) y tomar un taxi.
La plaza es bastante grande y está rodeada de comercios. Tiene en el centro una estatua ecuestre dedicada al rey Jaime I (el Conquistador lo llamaban, y de hecho fue quien le arrebató Mallorca a los musulmanes) y, hacia el lado derecho, un curioso monumento con termómetro, higrómetro, barómetro y distancia en kilómetros a otras localidades mallorquinas, culminado en una bola del mundo y una veleta.
La zona es peatonal, pero cuidado con el carril bici. Y ten en cuenta el siguiente consejo: ojo con los carteristas. Muchos turistas van cargados con las maletas, van pensando en coger el autobús o en pillar un taxi, van mirando el mapa, van hablando o escribiendo por el móvil, así que no te despistes, no es algo frecuente que haya robos, pero puede suceder y no queremos que las vacaciones empiecen con mal pie.
2. Mercat de l’Olivar
Dirígete por la calle (carrer en mallorquín) dels Caputxins hasta la plaza del Olivar. Allí puedes hacer una parada en el Mercat de l’Olivar, un mercado de abastos, para disfrutar de la gastronomía local tanto en los puntos de venta como en los diferentes bares.
Sinceramente, siempre puedes fiarte de aquellos sitios donde la población autóctona va a comprar y a comer. Seguramente los productos sean de mejor calidad y a un precio razonable. Además, es una de las mejores formas de conocer su gastronomía.
3. Plaza Mayor
Incorpórate a la calle Sant Miquel y avanza por ella hasta el acceso a la plaza Mayor. Quizá te recuerde a otras plazas más conocidas por su galería repleta de arcos en el primer nivel. Tres pisos más, con ventanas y balcones, componen su estructura rectangular.
Sal de la plaza Mayor por la plaza del Marqués del Palmer, gira hacia la derecha y baja por las escaleras. En el punto donde se encuentra el teatro, puedes tomar dos direcciones: derecha e izquierda. Si te decantas por la derecha, llegarás a La Rambla, un bonito paseo con bulevar. Si prefieres la izquierda, cogerás el trayecto en dirección a la plaza del Mercat.
Cuántas plazas, ¿no? Pues esta tiene algo insólito: dos edificios (Can Casasayas y Pensión Menorquina) que llaman la atención por su estética fachada al estilo Art Nouveau, conocido como Modernismo en España y cuyo mayor representante fue Antoni Gaudí. Merecen una mirada (levanta los ojos) y una foto. Los encontrarás pasado el Tribunal Superior de Justicia (el de las banderitas), justo antes de llegar propiamente a la plaza.
4. Paseo del Born
Continuamos por la calle de la Unió hasta… sí, lo has adivinado: otra plaza. Esta vez se trata de la plaza del Rei Joan Carles I, decorada con un obelisco sostenido por cuatro tortugas (como el de la plaza de Santa María Novella en Florencia, se me ha venido a la mente) y coronado por un murciélago.
De nuevo tendrás que tomar una decisión: seguir recto por la avenida de Jaume III (el Temerario, otro rey y sería el último de la corona de Mallorca) o girar hacia la izquierda y adentrarte en el passeig del Born. Si te gusta ir de compras (también en vacaciones), apunta estas calles, son famosas por ser zonas comerciales. Quizá no sean asequibles para todos los bolsillos, pero mirar es gratis.
Dos estatuas con cuerpo de felino y cabeza humana nos dan la bienvenida al paseo del Born. Es una bonita zona peatonal donde poder descansar a la sombra de los árboles en uno de sus múltiples bancos o en una de las terrazas de las cafeterías. Cierran el bulevar otras dos esfinges como las anteriores, lo que significa que hemos llegado a la plaza de la Reina. ¿Sabes qué podemos ver desde aquí? Yo te lo digo: ¡la catedral!
5. Palacio Real de la Almudaina
Antes de llegar a la catedral, por la avenida de Antoni Maura nos topamos con el jardín S’Hort del Rei. Merece la pena pararse a contemplar su estanque golpeado por chorritos de agua. Puedes, incluso, adentrarte en unos pasadizos de la muralla pegada a la Almudaina. Te conducirán hasta el lago del Cisne, un sitio precioso para tomar fotografías.
La Almudaina fue una alcazaba árabe (sobre asentamiento romano, los más listos) reconvertida después en palacio real por los cristianos. De ahí que aúne características arquitectónicas de ambas culturas y que pueda parecerte un castillo. Todavía hoy su funcionalidad original se mantiene: servir de residencia para los reyes. Es aquí donde se hospeda la familia real española cuando visita la isla (para estancias más largas y veraniegas se aloja en el palacio de Marivent, seguro que te suena haber visto alguna imagen de su posado).
Se puede visitar de martes a domingo de 10 a 19 horas. La entrada cuesta 7 euros y es gratuita los miércoles y los domingos por la tarde.
6. Catedral de Santa María de Mallorca
Justo enfrente de la Almudaina se sitúa la catedral de Santa María de Mallorca (más conocida como La Seu). Imagino la cuestión que te estás planteando y tienes toda la razón. Sí, la catedral también tiene origen árabe. Jaime I reconvirtió lo que era una mezquita para culto cristiano.
Me apuesto lo que quieras a que reconocerías la catedral entre miles. La panorámica es incuestionable. El encuadre desde el parc de la Mar es la foto preferida de Palma que figura en todas las postales: la catedral de fondo tras el chorro del géiser en el lago. Un lago de agua salada, pero artificial. ¿Por qué artificial? Porque simboliza el mar que en otro tiempo llegaba hasta la muralla de la catedral. Tal vez te preguntes el motivo de que dejara de hacerlo: fue culpa del hombre y su empeño en construir carreteras. En su favor diré que esta zona ofrece unas vistas alucinantes y que, con buen criterio, se usa para acoger eventos culturales.
La catedral destaca por su ubicación, eso está claro, pero también por liderar lo que se conoce como estilo gótico mediterráneo y por su rosetón mayor, denominado Ojo del Gótico, el más grande de todas las catedrales góticas.
¿A que no sabías que Antoni Gaudí fue el encargado de remodelar el interior? Pues sí, durante diez años a principios del siglo XX y su influencia continuó plasmándose en el edificio a lo largo del siglo. Si entras, una de las cosas que tienes que hacer es encontrar el mural de Miquel Barceló, una auténtica obra de arte. Juzga por ti mismo.
Puedes visitar la catedral de lunes a sábado de 10 a 14:15 horas. El precio de la entrada a la catedral y sus terrazas asciende a 20 euros. ¿Qué ver si no entras? No dejes de recorrer la calle del Mirador y el paseo Dalt Murada en sus aledaños. Recomendación: acércate para admirar la panorámica por la noche, no te defraudará.
7. La Lonja
Regresa por el paseo Dalt Murada y cruza hasta el paseo de Sagrera. En pocos metros llegarás a la plaza de la Llotja. Aquí se ubica la Lonja de Mallorca, muy parecida a la de Valencia (aunque las comparaciones sean odiosas).
Es asombroso descubrir un gran espacio abierto tan solo sostenido por seis columnas helicoidales (como la rosca de un tornillo) que ascienden hasta el techo y conforman los nervios de las bóvedas de crucería. Hay quien dice, con imaginación y acierto, que recuerdan a palmeras (de piedra, eso sí).
Actualmente el edificio se usa para albergar exposiciones y puedes acceder a ella sin problema de martes a domingo de 10:30 a 13:30 horas y de 16 a 18 horas (de mayo a octubre hasta las 22 horas).
8. Es Baluard, Museo de Arte Moderno y Contemporáneo
Siguiendo por el paseo de Sagrera nos topamos con las letras rojas de Palma. Sí, esas típicas letras del nombre de la ciudad que hay en muchas localidades turísticas. Venga, yo también tengo una foto ahí, acomódate y que todos tus seguidores de Instagram se enteren de dónde andas (si no les ha quedado claro a estas alturas de la ruta).
Continúa siguiendo las murallas hasta que se conviertan en un baluarte de la fortificación: habrás llegado al bastió de Sant Pere. Dentro se ubica Es Baluard, el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma.
El museo abre de martes a sábado de 10 a 20 horas y el domingo de 10 a 15 horas. La entrada general cuesta 6 euros, pero consulta las opciones de visita gratuita o entrada reducida aquí, quizá puedas beneficiarte. ¿Qué ver si no entras? No te preocupes si los museos no son lo tuyo, puedes acceder a una parte del recinto y contemplar la vista que otorga del puerto y la catedral.
9. Castillo de Bellver
No te voy a engañar, la siguiente parada está un tanto alejada de este punto y, en general, del centro de Palma (a 3 kilómetros). Lo mejor para llegar hasta el castillo de Bellver es coger un bus (números 4, 46 o 20) y andar lo que quede (cuesta arriba por el bosque del castillo; también hay escaleras, más de 400 peldaños). Cuando alcances los casi 113 metros de altura de su posición con respecto al mar, agradecerás la caminata: unas vistas escandalosas.
El castillo es característico por su planta y patio circulares. Su estructura se completa con cuatro torres. La más grande, conocida como torre del Homenaje, está separada del conjunto, pero unida a él por un puente. Evita caerte al foso y sube hasta la terraza, unos cuantos escalones más no van a matarte.
Lo siguiente que te voy a contar me pone triste: aquí estuvo encarcelado el escritor Gaspar Melchor de Jovellanos durante seis años. Y lo peor de todo es que no fue el único. Y encima le quitaron las herramientas que necesitaba para escribir.
El monumento se puede visitar de martes a sábado de 10 a 18 horas (hasta las 19 horas de abril a septiembre) y los domingos y festivos de 10 a 15 horas. La entrada general vale 4 euros y los domingos el acceso es gratuito. Consulta los descuentos en su página oficial.
10. Playa de El Arenal
Llevas viendo agua todo el día, pero… ¿y la playa de Palma? Pues a unos 13 kilómetros del centro de la ciudad. Coge el paseo marítimo y tira (mucho) para adelante. También puedes pillar un autobús, el 23 o el 25 por ejemplo, y bajarte en alguna de sus muchas paradas. Pero como me has caído bien te contaré un secreto: de camino encontrarás otras playas (Can Pere Antoni, Ciutat Jardí y Cala Gamba). De nada. O, como dicen aquí, de res.
Sin embargo, es cierto que estas playas no tienen las características que convierten a la platja de S’Arenal en la playa de Palma por antonomasia. La arena es blanca y fina y el agua limpia y poco profunda. Todo el paseo está repleto de bares, restaurantes, opciones de ocio, sombrillas, tumbonas y palmeras, muchas palmeras.
Aquí he visto uno de los atardeceres más bonitos de la isla. Es un buen broche para terminar esta ruta, ¿no te parece?
Ha sido un placer acompañarte por Palma de Mallorca. ¡Te espero en la siguiente aventura!
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[…] lista de las 10 mejores playas de Mallorca. Ya os hablé de ella en entradas anteriores sobre los 10 lugares que no te puedes perder en Palma de Mallorca y, a sabiendas de mi pesadez, vuelvo a recordar que el atardecer es merecedor de ser contemplado. Y […]